4 de abril de 2019. ¿Excusas?
Juan 5, 31-47 ¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros, y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que os voy a acusar yo delante del Padre. Vuestro acusador es Moisés, en quién habéis puesto vuestra esperanza. Porque, si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque él escribió de mí. Pero si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?
Un anciano sacerdote, muy santo, vivía en un distrito rural donde los católicos eran poquísimos. Un domingo, por la mañana, tras una intensa nevada, no acudió absolutamente nadie a la iglesia, y el buen sacerdote celebró su misa con sólo el ama de casa, que respondía a distancia. Al día siguiente alguien del pueblo dijo, condoliéndose:
- Debió de sentirse usted muy contrariado al tener que celebrar misa en una iglesia vacía.
- ¿Iglesia vacía? replicó el sacerdote. ¡Había millares de seres en ella!
El buen anciano quería significar que los ángeles se reúnen por miriadas en cada misa. (La Iglesia los convoca en el prefacio para que adoren a su Creador, presente en el altar.)
- ¿Deja de asistir a Misa por la mínima excusa?
Un anciano sacerdote, muy santo, vivía en un distrito rural donde los católicos eran poquísimos. Un domingo, por la mañana, tras una intensa nevada, no acudió absolutamente nadie a la iglesia, y el buen sacerdote celebró su misa con sólo el ama de casa, que respondía a distancia. Al día siguiente alguien del pueblo dijo, condoliéndose:
- Debió de sentirse usted muy contrariado al tener que celebrar misa en una iglesia vacía.
- ¿Iglesia vacía? replicó el sacerdote. ¡Había millares de seres en ella!
El buen anciano quería significar que los ángeles se reúnen por miriadas en cada misa. (La Iglesia los convoca en el prefacio para que adoren a su Creador, presente en el altar.)
- ¿Deja de asistir a Misa por la mínima excusa?
Julián Escobar.
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