11 de mayo de 2019 Un huracán de amor

«...Las palabras que os he dicho son espíritu y vida…».
Suponte que digo: «Sé que hace viento». Con la palabra «sé» me estoy refiriendo a mi mente; por lo que la frase quiere decir: «Mi mente conoce que hace viento». La mente es la que conoce, por lo que, en realidad, estamos diciendo: «La que conoce, sabe que hace viento». Pero decir esto es raro... Nos imaginamos que la que conoce es un ser que existe independientemente de su objeto y que reside en nuestro cerebro, haciendo breves excursiones al «mundo exterior» para ver lo que allí pasa. Como cuando usamos una regla para medir algo...
Cuando decimos: «Sé que está soplando el viento», no pensamos que hay algo que está soplando sobre algo. El «viento» va con el «soplar». Si no sopla, no hay viento... «Conocer» es conocer algo. Aquí el conocer es inseparable del viento. Podemos decir: «Viento», y esto basta. Indica la presencia del conocimiento y la presencia de la actividad de soplar. Thich Nhat Hanh
El amor posee también el poder de transformar,
porque transforma al amante en su Amado,
y hace que viva en él.
Y así sucede que,
cuando el fuego del Espíritu Santo
se apodera realmente del alma,
la inflama completamente
y, por decirlo así, la convierte en fuego,
llevándola a un estado
en la que se asemeja mucho más a Dios. Richard Rolle
Julián Escobar.


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