20 de mayo de 2019 El amor en la vida diaria.

Estaba quitando el polvo a la habitación cuando descubrí a Dios.
Lo había buscado antes, muchas veces, arriba y abajo, en la alcoba de mi señora...  pero nunca donde lo encontré, ¡el último sitio en que se me habría ocurrido mirar!
¡Y no pienses que te voy a decir en seguida dónde lo encontré!
Después de todo, a mí me costó cuarenta años; ¿por qué te lo iba a poner a ti tan fácil?
Puedes muy bien esperar un par de líneas más, por lo menos.
Bueno, ¿dónde estaba yo? Ah, sí. En la alcoba, tratando de descubrir a Dios.
Pues bien, ¿dónde crees tú que estaba? Te apuesto a que nunca lo sospecharías.
¡Estaba aquí, dentro de mí, todo el tiempo!...
Realmente, tiene gracia.
Parece que no encaja con mis quehaceres domésticos que yo vaya de aquí para allá con Dios dentro de mí. Brenda Rogers
En él vivimos, nos movemos y existimos. Hechos 17, 28
¿Cuándo has encontrado a Dios?
¿Se te ha mostrado? ¿Cómo? 
¿Tienes un cuerpo?
¡No te sientes bajo el porche!
Sal y camina bajo la lluvia. Kabir
Julián Escobar.


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