28 de julio de 2019
“Dentro de mí hay una fuente muy profunda. Y en esta fuente está Dios. A veces llego a alcanzarla, pero con más frecuencia está cubierta de piedras y arena: en esos momentos, Dios está sepultado, así que es necesario desenterrarlo de nuevo”. Etty Hillesum
El 30 de noviembre de 1943, en Auschwitz, en una cámara de gas, se desvanecía la vida terrena de una joven holandesa de 29 años, Etty Hillesum, autora de las líneas de arriba.
1- ¿Siente a Dios dentro de usted?
2- ¿Lo siente como un manantial de buenos sentimientos?
3- ¿Tiene a Dios sepultado bajo las piedras y arena de sus egoísmos?
4- ¿Qué va a hacer por desenterrar a Dios, por apartar de usted, de su manantial, esos escombros que ha depositado?
5- “… liberar al alma de la tierra de las cosas, del barro del pecado, de la arena de la banalidad, de las ortigas y malas hierbas de las habladurías”.
El 30 de noviembre de 1943, en Auschwitz, en una cámara de gas, se desvanecía la vida terrena de una joven holandesa de 29 años, Etty Hillesum, autora de las líneas de arriba.
1- ¿Siente a Dios dentro de usted?
2- ¿Lo siente como un manantial de buenos sentimientos?
3- ¿Tiene a Dios sepultado bajo las piedras y arena de sus egoísmos?
4- ¿Qué va a hacer por desenterrar a Dios, por apartar de usted, de su manantial, esos escombros que ha depositado?
5- “… liberar al alma de la tierra de las cosas, del barro del pecado, de la arena de la banalidad, de las ortigas y malas hierbas de las habladurías”.
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