20 de agosto de 2019

Un joven químico trabajó duro para sacar un nuevo pegamento. Terminado su trabajo, lo probó. No pegaba. ¿Para qué sirve un pegamento que no pega? ¡Es un fracaso! Pero el joven químico se negó a desistir. Se decía: "¡Para algo debe haber valido todos mis esfuerzos!”. Finalmente descubrió para que servía su pegamento que no pegaba. Fue todo un éxito. El pegamento que no pegaba se usa para hacer notas que podemos poner y quitar según nos convenga. Así nació el Post-it. ¡Hay muy pocos trabajos que no valgan para algo! En la secuencia al Espíritu Santo leemos: “¡…da al esfuerzo su mérito…! “Según sea el esfuerzo, así será la recompensa”.


Julián Escobar.


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