3 de octubre de 2019

Autor: Pablo Cardona . Fuente: almudi.org 

«Yo os envío como corderos en medio de lobos». (Lucas 10,1-12)
«la mies es mucha, pero los obreros pocos». Después de dos mil años, ¡aún queda tanto por hacer, hay tantas personas que no conocen a Jesús! Países enteros que se llaman cristianos pero... y  países inmensos aún por cristianizar.
Tenemos que preguntarnos: ¿Qué puedo hacer yo, Jesús, ante este panorama?¿qué lugar tengo en esta gran misión de anunciar la buena nueva del Evangelio?, ¿dónde, Señor,  te puedo servir mejor en esta mies que es el mundo?
«Nada hay más frío que un cristiano despreocupado de la salvación ajena. No puedes aducir tu pobreza como pretexto. La que dio sus monedas te acusará. El mismo Pedro dijo: No tengo oro ni plata. Y Pablo era tan pobre que muchas veces padecía hambre y carecía de lo necesario para vivir; Tú no puedes pretextar tu humilde origen: ellos eran también personas humildes, de modesta condición. Ni la ignorancia te servirá de excuso: ellos eran todos hombres sin letras. Seas esclavo o fugitivo, puedes cumplir lo que de ti depende. Tal fue Onésimo, y mira cuál fue su vocación. No aduzcas la enfermedad como pretexto, Timoteo estaba sometido a frecuentes achaques. Cada uno puede ser útil a su prójimo, si quiere hacer lo que puede» San Juan Crisóstomo).
Julián Escobar.


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