5 de noviembre de 2019
«Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete» (Lucas 14,15-24).
“Pero todos, en seguida, empezaron a excusarse”… Somos responsables ante Dios: podemos decir que sí o que no a su invitación. Dios hizo al hombre desde el principio y lo dejó en manos de su libre albedrío (Ecclo XV, 14). Somos responsables ante Dios de todas las acciones que realizamos libremente. Jesús nunca nos obliga, invita: “si alguno quiere venir…” Sólo puede creer el que quiere. mirad cómo atrae el Padre: deleita enseñando, no imponiendo la necesidad. Así atrae hacia El (san Agustín).
«Todos a una empezaron a excusarse». Hoy también son muchos los que se excusan ante su llamada.
Las excusas: “He comprado un coche y voy a presumir de él; bastante problemas me da el piso nuevo; ahora estoy con mi nuevo ordenador, estoy recibiendo clases de tenis, estoy estudiando la carrera, y voy agobiado; he empezado a trabajar y he de quedar bien; estoy a punto de conseguir un ascenso y no tengo tiempo para más, con tantos hijos no hay quien pueda hacer nada; etc.
Jesús, ante tanta excusa, que en el fondo muestra un gran desconocimiento de Dios y de lo que nos tiene preparado, dices a tu siervo: «Sal a los caminos, y a los cercados...».
¿Pones mil excusas para no participar en Misa?
¿Pones excusas para no participar en actividades de tu parroquia?
“Pero todos, en seguida, empezaron a excusarse”… Somos responsables ante Dios: podemos decir que sí o que no a su invitación. Dios hizo al hombre desde el principio y lo dejó en manos de su libre albedrío (Ecclo XV, 14). Somos responsables ante Dios de todas las acciones que realizamos libremente. Jesús nunca nos obliga, invita: “si alguno quiere venir…” Sólo puede creer el que quiere. mirad cómo atrae el Padre: deleita enseñando, no imponiendo la necesidad. Así atrae hacia El (san Agustín).
«Todos a una empezaron a excusarse». Hoy también son muchos los que se excusan ante su llamada.
Las excusas: “He comprado un coche y voy a presumir de él; bastante problemas me da el piso nuevo; ahora estoy con mi nuevo ordenador, estoy recibiendo clases de tenis, estoy estudiando la carrera, y voy agobiado; he empezado a trabajar y he de quedar bien; estoy a punto de conseguir un ascenso y no tengo tiempo para más, con tantos hijos no hay quien pueda hacer nada; etc.
Jesús, ante tanta excusa, que en el fondo muestra un gran desconocimiento de Dios y de lo que nos tiene preparado, dices a tu siervo: «Sal a los caminos, y a los cercados...».
¿Pones mil excusas para no participar en Misa?
¿Pones excusas para no participar en actividades de tu parroquia?
Julián Escobar.
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