I Semana de Adviento Sábado (Mateo 9,35-10,1.6-8).
“Jesús al ver a las multitudes se llenó de compasión por ellas, porque estaban maltratadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor”
“Cuatro son las condiciones que debe reunir el buen pastor: El amor: fue precisamente la caridad la única virtud que el Señor exigió a Pedro para entregarle el cuidado de su rebaño. La vigilancia, para estar atento a las necesidades de las ovejas. La doctrina, con el fin de poder alimentar a los hombres hasta llevarlos a la salvación. Y la santidad; ésta es la principal de todas las cualidades” (Santo Tomás de Villanueva).
San Buenaventura reza: “¡Oh Jesús, Salvador del mundo, sálvanos, ayúdanos, oh Señor Dios Nuestro!, reforzando a los débiles, consolando a los afligidos, socorriendo a los frágiles, consolidando a los vacilantes”... y “¡Alégrate, viendo que Jesús ahuyenta los demonios en la remisión del pecado, alumbra a los ciegos infundiendo el verdadero conocimiento, resucita a los muertos al conferir la gracia, cura los enfermos, sana los cojos, endereza a los paralíticos y contraídos, robusteciendo su espíritu, a fin de que sean fuertes y varoniles por la gracia los que antes eran flacos y cobardes por la culpa”. El «pan de la aflicción» y «el agua de la tribulación» son el alimento diario del hombre. Pero todo será para bien, el Señor «curará nuestras heridas»
El cosmonauta Leonov dijo: “me he paseado entre las estrellas y allí no estaba Dios”. ¡Sí, Dios estaba allí, pero él no lo vió porque él sólo quería ver ateísmo. Un sordo aunque asista a un concierto no oirá la música.
“Cuatro son las condiciones que debe reunir el buen pastor: El amor: fue precisamente la caridad la única virtud que el Señor exigió a Pedro para entregarle el cuidado de su rebaño. La vigilancia, para estar atento a las necesidades de las ovejas. La doctrina, con el fin de poder alimentar a los hombres hasta llevarlos a la salvación. Y la santidad; ésta es la principal de todas las cualidades” (Santo Tomás de Villanueva).
San Buenaventura reza: “¡Oh Jesús, Salvador del mundo, sálvanos, ayúdanos, oh Señor Dios Nuestro!, reforzando a los débiles, consolando a los afligidos, socorriendo a los frágiles, consolidando a los vacilantes”... y “¡Alégrate, viendo que Jesús ahuyenta los demonios en la remisión del pecado, alumbra a los ciegos infundiendo el verdadero conocimiento, resucita a los muertos al conferir la gracia, cura los enfermos, sana los cojos, endereza a los paralíticos y contraídos, robusteciendo su espíritu, a fin de que sean fuertes y varoniles por la gracia los que antes eran flacos y cobardes por la culpa”. El «pan de la aflicción» y «el agua de la tribulación» son el alimento diario del hombre. Pero todo será para bien, el Señor «curará nuestras heridas»
El cosmonauta Leonov dijo: “me he paseado entre las estrellas y allí no estaba Dios”. ¡Sí, Dios estaba allí, pero él no lo vió porque él sólo quería ver ateísmo. Un sordo aunque asista a un concierto no oirá la música.
Julián Escobar.
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