Domingo 2 Febrero. Presentación de Jesús en el templo.
Lucas 2, 22-40
En el rito bizantino tiene un nombre muy bonito: “La fiesta del encuentro”. El anciano Simeón (Antiguo Testamento) toma al Niño Jesús (Nuevo Testamento) de los brazos de la Virgen. “Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado”.
Un término típico de la Biblia es “paso”, en latín “transitus”, en hebreo “pasah”, de la cual viene la palabra “pascua”. La salida de los hebreos de Egipto es símbolo del paso del pecado a la libertad de los hijos de Dios, del paganismo al judaísmo, pueblo escogido por Dios. El “paso” a través del Mar Rojo, significa el Bautismo donde se ahogan todos los pecados.
Las mujeres judías que daban a luz un niño estaban obligadas a ir a los 40 días del parto a purificarse al Templo. ¿Por qué iban a quedar impuras las mujeres por el hecho gozoso de quedar embarazadas y de dar a luz? Hoy no lo entendemos, pero su origen era “purificar” el aspecto o deseo animal que hubiese podido darse en la relación, para resaltar lo espiritual.
“Todo primogénito pertenece al Señor”. Los niños Judíos no perecieron en la noche de la liberación de Egipto, mientras los niños egipcios sí. Por eso los primogénitos judíos le pertenecían a Dios por haberlos salvado. Y como símbolo de rescate, se ofrecía a Dios un cordero o pichones.
“Una señora ciega se dedicaba a la educación de niños. Le preguntaron por qué lo hacía. Confesó que durante la guerra se salvó de milagro del campo de exterminio. Desde entonces decidió que su vida ya no le pertenecía. Entonces, ¿a quién le pertenece nuestra vida? Ella respondió: “¡A Dios que nos ha librado de la muerte!”.
La vida nos pertenece a nosotros porque Dios nos la ha dado, pero el objeto de nuestra vida es hacer bien lo que tenemos que hacer y servir a Dios con alegría.
Todas las madres, en este día especialmente, deberían presentarles sus hijos a Dios. Ofrecérselos para que el cordón umbilical divino que los une a Dios y a su gracia, jamás lo rompa el pecado.
Si lo prefiere puede descargar las homilías de d. Julián en formato PDF o DOC.
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Un término típico de la Biblia es “paso”, en latín “transitus”, en hebreo “pasah”, de la cual viene la palabra “pascua”. La salida de los hebreos de Egipto es símbolo del paso del pecado a la libertad de los hijos de Dios, del paganismo al judaísmo, pueblo escogido por Dios. El “paso” a través del Mar Rojo, significa el Bautismo donde se ahogan todos los pecados.
Las mujeres judías que daban a luz un niño estaban obligadas a ir a los 40 días del parto a purificarse al Templo. ¿Por qué iban a quedar impuras las mujeres por el hecho gozoso de quedar embarazadas y de dar a luz? Hoy no lo entendemos, pero su origen era “purificar” el aspecto o deseo animal que hubiese podido darse en la relación, para resaltar lo espiritual.
“Todo primogénito pertenece al Señor”. Los niños Judíos no perecieron en la noche de la liberación de Egipto, mientras los niños egipcios sí. Por eso los primogénitos judíos le pertenecían a Dios por haberlos salvado. Y como símbolo de rescate, se ofrecía a Dios un cordero o pichones.
“Una señora ciega se dedicaba a la educación de niños. Le preguntaron por qué lo hacía. Confesó que durante la guerra se salvó de milagro del campo de exterminio. Desde entonces decidió que su vida ya no le pertenecía. Entonces, ¿a quién le pertenece nuestra vida? Ella respondió: “¡A Dios que nos ha librado de la muerte!”.
La vida nos pertenece a nosotros porque Dios nos la ha dado, pero el objeto de nuestra vida es hacer bien lo que tenemos que hacer y servir a Dios con alegría.
Todas las madres, en este día especialmente, deberían presentarles sus hijos a Dios. Ofrecérselos para que el cordón umbilical divino que los une a Dios y a su gracia, jamás lo rompa el pecado.
Julián Escobar.
Si lo prefiere puede descargar las homilías de d. Julián en formato PDF o DOC.
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