11 de mayo de 2020
Lunes V de Pascua
Evangelio (Jn 14,21-26
Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras.
Jesús nos muestra su inmenso deseo de que participemos de su plenitud. Incorporados a Él, estamos en la fuente de vida divina que es la Santísima Trinidad. «Dios está contigo. En tu alma en gracia habita la Trinidad Beatísima. —Por eso, tú, a pesar de tus miserias, puedes y debes estar en continua conversación con el Señor» (San Josemaría).
He aquí una recomendación de san Gregorio Magno: «Que no nos seduzca el halago de la prosperidad, porque es un caminante necio aquel que ve, durante su camino, prados deliciosos y se olvida de allá donde quería ir».
Carlos V, rey de España, puso en cierta ocasión a su hijo ante esta extraña disyuntiva. Sobre una mesa colocó una corona, y en la otra mesa una espada; después, llamando a su hijo, le puso en el dilema de escoger entre las dos. El príncipe, sonriendo, alargó la mano hacia la espada y declaró: “Con ésta quiero conseguir aquella.”¡Por medio de la espada, la corona! Todo un programa de la vida sobrenatural.¡Por medio de la espada, la corona! Por medio del propio vencimiento, de la lucha valiente y denodada contra mis malas inclinaciones, mis instintos disolutos, y contra las tentaciones,conseguir la vida eterna!
¿Amas de corazón a Dios y a los que te aman?
Evangelio (Jn 14,21-26
Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras.
Jesús nos muestra su inmenso deseo de que participemos de su plenitud. Incorporados a Él, estamos en la fuente de vida divina que es la Santísima Trinidad. «Dios está contigo. En tu alma en gracia habita la Trinidad Beatísima. —Por eso, tú, a pesar de tus miserias, puedes y debes estar en continua conversación con el Señor» (San Josemaría).
He aquí una recomendación de san Gregorio Magno: «Que no nos seduzca el halago de la prosperidad, porque es un caminante necio aquel que ve, durante su camino, prados deliciosos y se olvida de allá donde quería ir».
Carlos V, rey de España, puso en cierta ocasión a su hijo ante esta extraña disyuntiva. Sobre una mesa colocó una corona, y en la otra mesa una espada; después, llamando a su hijo, le puso en el dilema de escoger entre las dos. El príncipe, sonriendo, alargó la mano hacia la espada y declaró: “Con ésta quiero conseguir aquella.”¡Por medio de la espada, la corona! Todo un programa de la vida sobrenatural.¡Por medio de la espada, la corona! Por medio del propio vencimiento, de la lucha valiente y denodada contra mis malas inclinaciones, mis instintos disolutos, y contra las tentaciones,conseguir la vida eterna!
¿Amas de corazón a Dios y a los que te aman?
Julián Escobar.
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