21 de mayo de 2020
Jueves VI de Pascua
Evangelio (Jn 16,16-20
Jesús habló así: En verdad, en verdad os digo que (…) vuestra tristeza se convertirá en gozo».
Presencia de Dios en el mundo
A la vista de las desgracias que ocurren en nuestro mundo la pregunta es: "¿Dónde está Dios?". Jesús, de un modo misterioso, afirma que le volveremos a ver, y que eso nos causará gozo. Además, nos ha desvelado el rostro de Dios: Él es Padre. A Dios no se le escapa el mundo de las manos. Él no ejerce un "gobierno policial" (como solemos hacer nosotros), sino providencial. Dios no es un "arbitro". Como Padre providente, Dios "deja hacer", pero "no nos deja". Es decir, respeta los dinamismos de este mundo (las leyes de la naturaleza y las decisiones de nuestra libertad, incluso las erróneas), pero —en su infinita bondad y sabiduría— lo reconduce todo hacia la salvación de la humanidad. Jesús, quisiera decir a todos: no nos inventemos "dioses"; dejemos que Dios sea Dios, y confiémonos con gozo a sus "brazos" de Padre.
Todos el dinero no basta para librarnos del sepulcro.¡Qué razón Alejandro Magno, el rico y poderoso emperador de Macedonia, cuando ordenó que una vez muerto le colocasen en el ataúd de tal suerte que su mano quedara colgando por fuera! Para que así vieran los hombres que el poderoso rey se iba con las manos vacías, y que no podía llevar nada consigo, absolutamente nada.
¿Eres pesimista y dado a las tristezas?
Evangelio (Jn 16,16-20
Jesús habló así: En verdad, en verdad os digo que (…) vuestra tristeza se convertirá en gozo».
Presencia de Dios en el mundo
A la vista de las desgracias que ocurren en nuestro mundo la pregunta es: "¿Dónde está Dios?". Jesús, de un modo misterioso, afirma que le volveremos a ver, y que eso nos causará gozo. Además, nos ha desvelado el rostro de Dios: Él es Padre. A Dios no se le escapa el mundo de las manos. Él no ejerce un "gobierno policial" (como solemos hacer nosotros), sino providencial. Dios no es un "arbitro". Como Padre providente, Dios "deja hacer", pero "no nos deja". Es decir, respeta los dinamismos de este mundo (las leyes de la naturaleza y las decisiones de nuestra libertad, incluso las erróneas), pero —en su infinita bondad y sabiduría— lo reconduce todo hacia la salvación de la humanidad. Jesús, quisiera decir a todos: no nos inventemos "dioses"; dejemos que Dios sea Dios, y confiémonos con gozo a sus "brazos" de Padre.
Todos el dinero no basta para librarnos del sepulcro.¡Qué razón Alejandro Magno, el rico y poderoso emperador de Macedonia, cuando ordenó que una vez muerto le colocasen en el ataúd de tal suerte que su mano quedara colgando por fuera! Para que así vieran los hombres que el poderoso rey se iba con las manos vacías, y que no podía llevar nada consigo, absolutamente nada.
¿Eres pesimista y dado a las tristezas?
Julián Escobar.
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