17 de octubre de 2020
Un joven fue a preguntar a un sacerdote dónde podría sentir a Dios cerca de él. El sacerdote le dijo: “Hay dos lugares en los que Dios siempre está. Uno es en las personas necesitadas de tu amor o ayuda, y el otro es en el silencio”. Le recordó unas palabras de la Biblia: “Tenía hambre y me diste de comer…” y la otra: “Llevaré el alma a la soledad, y le hablaré al corazón” (Os 2, 16). ¿Dónde encuentras tú a Dios? ¿Lo sientas cuando obras bien y vives la vida con alegría sana? ¿Buscas momentos de silencio para hablarle?
Julián Escobar.
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