20 de noviembre de 2020
Un niño de pocos años decía a su madre: —Madre, entre los mandamientos de Dios hay uno que nunca he podido comprender.
— ¿Cuál es, hijo mío? — interrogó la madre.
— Es el primero: amarás a Dios con todo tu corazón. Tú nunca me has mandado que te quiera. ¡Querer! ¿No es eso una cosa que se aprende espontáneamente? Si Dios me prohibiera amarle, me entristecería mucho, mas, a pesar de eso, le amaría a escondidas.
Julián Escobar.
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