4 de diciembre de 2020
Los fragmentos de plomo al dispersarse ofrecen posibilidades incluso a los tiradores menos diestros.
Pero ¿quién pretenderá con un equipo semejante atravesar los carros blindados y las trincheras de cemento de las guerras actuales?
El Evangelio hoy en día se enfrenta a los aceros inoxidables y a los muros espesos de la indiferencia, la comodidad y la superficialidad.
Mientras tanto los militares han inventado la granada, por la que en vez de dispersarse los proyectiles, la carga explosiva, concentrada en un solo punto, atraviesa el obstáculo, quema lo que taladra y funde los blindajes penetrando hasta el fondo.
Para llegar al espíritu del hombre, mil razonamientos no son más que gramos de plomo en la piel de un hipopótamo.
Pero ¿quién puede prever el poder de una convicción única y ardiente que sale de un corazón centrado en Dios? Ella sola, como la granada, atraviesa el doble espesor del que habla y de a quien se dirige y es capaz de llegar a los corazones más incrédulos.
- ¿Crees en el poder de la oración?
- ¿Eres una persona de convicciones?
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