15 de enero de 2021
El profesor argumentó de esta manera:
- ¿Alguien en esta clase ha oído a Dios? – Nadie respondió.
- ¿Alguien en esta clase ha tocado a Dios? – Nadie respondió.
- ¿Alguien en esta clase ha visto a Dios? – Nadie respondió.
El profesor concluyó: “Luego Dios no existe”.
El estudiante pidió permiso para hablar. El profesor se lo concedió.
El estudiante preguntó a sus compañeros:
- ¿Alguien en nuestra clase ha oído el cerebro de nuestro profesor? - Silencio.
- ¿Alguien en nuestra clase ha tocado el cerebro de nuestro profesor? - Silencio.
- ¿Alguien ha visto el cerebro de nuestro profesor? – Silencio.
Según la lógica de nuestro profesor, nuestro profesor no tiene cerebro.
¡El estudiante recibió un sobresaliente!
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