“La familia cristiana o puede buscar tan sólo crear en su hogar un ambiente de amor, paz y ayuda mutua. Aunque esto sea lo primero, no debe ser lo único, caería en el egoísmo anti-evangélico. Jesús, María y José se dieron plenamente a la causa del Reino. Los cristianos no sólo se casan por la Iglesia, sino también para la Iglesia y para el mundo, dando testimonio del Evangelio, luchando por hacer un mundo mejor, más humano y más divino, a imagen de la familia de Dios” (Monseñor Iniesta, obispo). Hoy hay que dar vivas a las familias. ¿No es la familia el sustento de la sociedad? La familia es lugar de equilibrio y crecimiento. Todos sabemos que la vida es una mezcla de alegrías y de tristezas. Pero las alegrías son mayores cuando las compartimos y las tristezas menores cuando tenemos al todo alguien que nos ayuda a superarlas. Cuando toda va bien, los jóvenes exigen su independencia, dejan el hogar. Pero ante la enfermedad o cuando las cosas se ponen mal, regresan al hogar. La mano
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