17 de julio de 2021
San Juan Crisóstomo explica la parábola de los viñadores homicidas: la viña no sólo significa lo que Dios hizo por el pueblo elegido, sino por todo el mundo, por su belleza y utilidad. Los viñadores somos todos los hombres. Dios ha entregado el mundo en nuestras manos para que lo cultivemos y lo hagamos cada día más perfecto, por eso no podemos hacer lo que queramos y usarlo mal como si fuera de nuestra propiedad. Así que todo cuanto hagamos tiene que hacerse con el propósito de producir frutos de amor. Si no damos frutos de amor, de solidaridad y de gratitud a Dios, todo es vano.
- ¿Qué haces por cultivar los dones que Dios te ha dado?
- ¿Hermosea la vida de los demás con tu ayuda?
Julián Escobar.
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