26 de agosto de 2021
- No veo a Dios por ningún lado, así que reniego de Él.
El sacerdote cogió un trozo de papel y escribió: Dios. Y sobre la palabra Dios puso una moneda de oro, y le preguntó ¿qué veía?
- Veo una moneda de oro, respondió en nuevo ateo.
El sacerdote, apartó la moneda y le preguntó qué veía ahora.
- Ahora, leo Dios, respondió el ateo rico.
- Ya ves lo que te impide ver a Dios. Tus ojos sólo ven dinero. El dinero sin bondad no deja ver a Dios. Quien sólo ve dinero no ve a Dios en las personas, en los necesitados, en el amor generoso, en la ayuda al hermano.
- ¿Qué ven tus ojos?
- ¿Saben ver tus ojos a Dios en tus prójimos?
Julián Escobar.
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