16 de mayo de 2022
Los egoístas se mueren ahogados en su propio egoísmo. Así le vino a suceder a una escéptica marquesa, que no creía que un globo de gas se pudiese elevar. Cuando lo vio elevarse, se puso de rodillas y exclamó: “Ahora creo que se llegará a encontrar en un futuro el secreto para no morir, pero lo malo es que lo encontrarán cuando yo ya haya muerto”.
No sentía alegría porque en un futuro encontrarán la fórmula para no morir, sino que se entristecía porque a ella no le alcanzaría.
Un niño tiene un dulce en la mano y a cada mordisco que le da, llora cuando un desesperado. Un transeúnte le pregunta:
- ¿Por qué lloras?
- Lloro – le dice el niño- porque cada vez que le doy un mordisco a mi dulce me va quedando menos.
Hay personas que consumen su vida sin disfrutarla. ¡Se quejan de todo y lloran en vez de gozar lo que tienen!
- ¿Eres feliz con la dulzura de la vida?
- ¿Compartes con los demás tu vida?
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