13 de diciembre de 2022
- Déjame hablarte hoy también de mí.
- Dime, Señor.
- «Muchas veces, todo lo que Dios te pide es que te pongas en silencio, ante él. A veces, este empeño de estar siempre «haciendo cosas», proviene no tanto de un deseo de hacer su voluntad, como de que vean y oigan los demás lo que haces; buscando la aprobación de los demás. Todo ello te deja una sensación de insatisfacción, a veces amarga, que afecta a tu proyecto de vida. ¿No es verdad?
«El trabajo es precioso. El descanso y la paz son necesarios. Pero el escuchar y obedecer a esa voz tranquila y suave del Creador, supera a todo lo demás, pues no tiene precio»
- Señor Dios, enséñame dónde y cómo buscarte,
dónde y cómo encontrarte...
Tú eres mi Dios, tú eres mi Señor.
Tú me has modelado y me has remodelado,
y me has dado todas las cosas buenas que poseo,
y aún no te conozco...
Enséñame cómo buscarte...
porque yo no sé buscarte a no ser que tú me enseñes,
ni hallarte si tú mismo no te presentas a mí.
Que te busque en mi deseo,
que te desee en mi búsqueda.
Que te busque amándote
y que te ame cuando te encuentre.
- ¿Dejas hablar a tu conciencia?
- ¿Te dejas modelar por la voluntad de Dios?
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