28 de enero de 2023
El martirio es una misa vivida en plenitud, una ofrenda total. Hay que vivir el martirio de cada día, derramando nuestra sangre gota a gota, para prepararnos para la gran ofrenda, si es que Cristo nos pide la ofrenda total de nuestra vida por el martirio. Una religiosa me decía: “He entendido que todos mis dolores, fatigas, penas y humillaciones, son ritos de la gran misa que tengo el honor de celebrar cada día”. Viviendo así, la muerte será como la última celebración de nuestra misa terrena. Y entraremos en la etapa del banquete celestial, de la misa celeste, en la que seguiremos ofreciéndonos por los demás y amándolos con todo nuestro ser. Por ello, decía Sta. Teresita: “Siento que mi misión va a comenzar... derramaré sobre el mundo una lluvia de rosas”.
¿Derramas bondad sobre las personas?
Julián Escobar.
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