23 de febrero de 2023
Los milagros y las profecías son esos testimonios externos al contenido mismo de la doctrina que muestran que esa doctrina ha sido dicha por Dios. Los milagros son hechos extraordinarios y observables que se realizan al margen de las leyes de la naturaleza. Por ejemplo, que resucite un muerto o que el agua, sin más, se convierta en vino. En ellos se refleja la omnipotencia divina, pues al no haber sido producidos por una causa natural, sólo pueden tener como causa inmediata a Dios mismo, autor de las leyes de la naturaleza. Sólo sirven como criterio de credibilidad los milagros sensibles, observables, y que no puedan atribuirse a ninguna causa natural. La profecía es una predicción infalible de un futuro contingente, que sólo se puede prever con certeza por una iluminación sobrenatural. Los milagros y las profecías cumplidas nos atestiguan claramente que nos encontramos ante verdades reveladas por Dios, es decir, ante la religión verdadera.
Dormía y soñaba que la vida era una alegría;
desperté y vi que tenía que servir;
serví y descubrí que servir era la alegría. Rabindranath Tagore
La miseria de los hombres tiene su origen en el egoísmo, que es la raíz del pecado. Cuanto más penetra en el mundo el reino de Dios, más acorralado se ve el egoísmo sórdido, y menos se explotan y se odian los hombres. J.-M. Tailard
Esto es amar a Dios... Tener la mirada dirigida a él. Y esto es muy duro, porque toda la parte mediocre de nosotros mismos se siente condenada a muerte por esta aplicación de la mirada a Dios. Es infinitamente difícil renunciar incluso a un ligero placer, o exponerse a una breve pena, solamente por Dios; por el verdadero Dios...; pues, cuando se hace esto, no se va simplemente al sufrimiento, sino a la muerte. Una muerte más radical que la muerte física, y ante la que nuestra naturaleza se espanta igualmente. La muerte de lo que en nosotros dice “yo”. Simone Weil
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