24 de marzo de 2023 Viernes 4º ¡Pon amor en lo que haces!

Jesús, enseñando en el Templo y diciendo: Me conocéis a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi cuenta; sino que verdaderamente me envía el que me envía; pero vosotros no le conocéis. Yo le conozco, porque vengo de él y él es el que me ha enviado.

El soldado en su lugar de trabajo, el ingeniero en el suyo, y el médico, y el albañil, Y la cocinera, y la azafata... No es preciso ir a países lejanos para evangelizar, para hacer apostolado; ni hace falta recibir un encargo de la Jerarquía para cristianizar la propia familia, el barrio, a los colegas de trabajo o a quienes uno encuentre cuando hace deporte. El panorama apostólico de los cristianos es vastísimo el mundo de los ordenadores, el mundo de la moda, el mundo de los andamios, de las peluquerías de la prensa…, ¡el mundo!

Cuando murió Edison, inventor de la bombilla eléctrica, alguien dijo una hermosa alabanza suya en el momento de su despedida: «Si alguno hubiese observado la tierra desde un lejano planeta cuando nació Edison y la volviese a contemplar ahora que Edison ha muerto, subiría de categoría la tierra en la clasificación de las estrellas, porque ha aumentado su luz gracias a las innumerables bombillas eléctricas». Esto es una frase bonita. Jesucristo, en cambio, es verdaderamente la luz del mundo (Jn. 8, 12) que vino a la tierra a traer el sentido divino a los hombres, dándonos los medios de salvación. Y Jesús dijo a sus discípulos: «Vosotros sois la luz del mundo» (Mt 5, 14); cuenta con cada cristiano para que, con sus vidas y sus palabras, reconduzcan a todos los hombres y todas las cosas de la tierra a su verdadero fin, a Dios.

Julián Escobar.


| Lecturas del Día (+Leer). | Evangelio y Meditación (+Leer) |
| Santo del día (+Leer) | Laudes (+Leer) | Vísperas (+Leer) |

Comentarios

Entradas populares de este blog

21 de septiembre de 2023

2 de diciembre de 2022

29 de noviembre de 2022