22 de mayo de 2023
San Agustín habla de modo general de las dos ciudades y dice: Dos amores levantaron dos ciudades. El amor de sí mismo, que llega hasta el desprecio de Dios, levantó la ciudad terrena; y la celeste, el amor a Dios, que llega hasta el desprecio de sí mismo. Ahora están mezcladas corporalmente, pero separadas según su voluntad; y en el día del juicio vendrá la total separación.
Son dos amores: uno santo, otro impuro; uno social, otro privado; uno que mira a la utilidad común por el reino superior, otro que se aprovecha del bien común para su propia ventaja y arrogante dominación… Estos dos amores precedieron en los ángeles, el bueno en los buenos, y el malo en los malos; y fueron causa de distinguirse entre los hombres dos ciudades bajo la admirable e inefable providencia de Dios, que gobierna y ordena todo lo creado. ¿Ama el Cielo sin despreciar al mundo?
Julián Escobar.
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