30 de mayo de 2023
No pueden desembocar en la impiedad más que dos clases de hombres: los que tienen pereza de pensar y los que no tienen fuerza para obrar bien. Los primeros niegan a Dios, porque no pueden palparle con las manos. Los otros le niegan, para poder seguir su vida de pecado. En la mayoría de los casos el hombre se hace incrédulo para librarse de Dios. (Mons. Tihamér Tóth)
¡Cuando se deja de creer en Dios, se empieza a creer en cualquier cosa!
Julián Escobar.
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