3 de junio de 2023
Orar no es decir palabras bonitas. Había una vez un campesino pobre que todos los días llevaba su librito de oraciones al campo para orar en los momentos de descanso.
Un día se sintió triste, porque se había olvidado su librito y ese día no podría rezar. Entonces, humildemente le dijo: Señor, Tú conoces las oraciones, yo te voy a recitar las letras del alfabeto y tú juntas las letras y compones las bellas oraciones que yo quisiera decirte. Y así empezó a recitar las letras del alfabeto varias veces: A, B, C, D, E, F, G... Y Dios se sintió contento de esa oración, porque para Él lo más importante es el amor.
¡No olvides qu eel amor verdadero es entrega sin condiciones!
Julián Escobar.
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