29 de julio de 2023
En una pequeña ciudad de provincia encontré un día por la calle a un niño que lloraba a voz en cuello. Durante largos días había trabajado en hacer una hermosa cometa, habíala adornado, pegado..., y cuando ya quiso soltarla, se le quedó prendida en un hilo telegráfico. La hermosa cometa se retorcía, impotente, bajo el soplo del viento sobre el hilo, se iba destrozando, y el niño lloraba al pie del poste telegráfico por aquel trabajo hecho con tanto esmero y solicitud.
Julián Escobar.
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