29 de diciembre de 2023
Don Bosco, el gran santo del siglo pasado, vivía y trabajaba enteramente movido por este pensamiento. Un día visitaba a su madre, que afablemente le reconvenía por la construcción de una casa. Sin tener absolutamente ningún dinero, Don Bosco había proyectado y mandó comenzar la construcción de una gran casa en favor de los niños menesterosos. La madre, a la cual comunicaba íntimamente sus cosas, no estaba de acuerdo con este método.
Don Bosco le preguntó: 'Madre, si tuvieses mucho dinero, ¿me lo darías si yo te lo pidiese?' 'Con toda el alma —le contestó la madre —pero no lo tengo, y esto es lo que constituye mi gran pena. ¡Cómo me alegraría de ser rica para poder darte todo para tus empresas!
'Bueno -replicó Don Bosco. —María, mi Madre celestial es sumamente rica, es admirablemente poderosa y bondadosa. ¿Por qué no había de confiar en Ella completamente? Ella puede ayudarme, lo quiere y me ayudará'.
Y mandó proseguir la construcción y terminarla. Y con la ayuda de muchos bienhechores, mandados por Ella, la casa pronto estuvo terminada y libre de deudas.
- ¿Confías en la intercesión de la Virgen María?
- ¿Cómo ves la devoción a la Virgen María?
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