3 de diciembre de 2023 - PEND
En una ciudad había una fábrica de acero que trabajaban día y noche. La gente que habitaba cerca se acostumbraron al ruido y dormían bien, incluso lo adoptaron como nana para dormir. Una noche hubo problemas y la fábrica paró. ¡Se acabó el ruido! ¡Y todos se despertaron!
Estamos rodeados de tantos ruidos que el silencio nos asus-ta, nos enoja, nos deja solos con nosotros mismos y eso nos da un poco o un mucho de miedo.
Al comenzar el Adviento, la liturgia quiere despertarnos de los ruidos y rutinas para recibir a Jesús. El estrés, las prisas, las macrocompras, las artificiales cenas de empresa, pro-gramar las mini-vacaciones en la nieve, el… te cansa, te agota. ¿Por qué no pasas de todo ese artificial jaleo y cere-monial y te dedicas a pasear con tu familia?
- ¿Se ha instalado en ti la rutina?
- ¿Te propones cambiar en algo este Adviento?
Agustín estaba solo en el jardín. Escuchó una voz que dijo: “Tolle et legge” (Toma y lee). Ante sí tenía la Biblia, la abrió y leyó el pasaje de Romanos 13, 13, y comenzó su conversión.
En la primera semana la Iglesia nos invita a estar en vela a la espera de Jesús, manteniendo una especial actitud de conversión, con las palabras del Evangelio: "Velad y estad preparados, pues no saben cuándo llegará el momento". ¿Sientes la necesidad de cambiar en algo?
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