15 de febrero de 2024
Santa Misa. A media tarde, Jorge entra en la cocina como un huracán y le dice a su mujer: "Hola, cariño... Voy a cambiarme. Felipe y yo vamos a jugar un partido de tenis antes de que se haga de noche". "¡Pero, Jorge! -objeta su mujer- es muy tarde y tenía preparada una excelente cena: carne a la borgoñesa, y verduras, y una tarta de limón." "Lo siento, cariño -responde Jorge- tomaré un bocadillo en un bar. Tómatelo tú..."
A los cinco minutos, Jorge ya está en camino. Su mujer no puede reprimir el llanto.
"No me quiere", solloza contemplando la excelente cena que había preparado a su marido.
Cualquier mujer que lea esto simpatizará con la esposa de Jorge y hasta muchos hombres le darán la razón, sin pensar que casi todos somos culpables de una falta de consideración semejante, y en mucho mayor grado.
Falta de consideración con Jesús. Desprecio del amor que ha derrochado con nosotros. Indiferencia ante el Gran Banquete -la Eucaristía, la Comunión- a que nos invita.
¿Vas a Misa siempre que puedes?
¿Adelantas el estudio para poder ir a estar con tu Amigo acompañándole en la Pasión, que eso es la Misa?
Encara. Haz frente a tu realidad. ¿Cuáles son tus cadenas?
¿Cuál es tu cruz?
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