15 de marzo de 2024
Presencia de Dios. La madre que tiene el pequeño en la cuna, trabaja arreglando las cosas de la casa; plancha, limpia..., pero siempre está pendiente del hijo. Esta madre tiene presencia del hijo, no lo pierde de vista.
Lo mismo que esa madre podemos hacer nosotros con el Señor. Mientras estudiamos, mientras hacemos deporte, cuando estamos en clase, cuando vamos por la calle, a la hora de comer, al meternos en la cama, y en todas las circunstancias en que nos podamos encontrar, son situaciones en las que si nos empeñamos podemos hablar con el Señor, decirle una jaculatoria, pedirle ayuda, etc...
¿Cuántas horas o minutos al día tienes presente en tu mente y en tus obras a Dios?
Límpiame Señor
Señor, no me des riquezas, no me des vida larga o corta, no me des poderes en la tierra que embriagan a los hombres, no me des locuras de idolatría de los falsos ídolos de este inundo.
Límpiame, Señor, mis intenciones y dame la verdadera sabiduría del discernimiento, para distinguir entre el bien y el mal, dame la convicción que sentía san Pablo de sentirse amado.
- ¿Te sientes amado por Dios?
- ¿Prefieres las riquezas a la verdad?
- ¿Son limpias o idolátricas tus intenciones?
Ora. Por tu padre,
da gracias por él a Dios.
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