16 de abril de 2024
Sta. Teresa de Jesús nos dice que podemos dejar a un lado las imágenes de Jesús, cuando estemos delante de Él, vivo y presente en la Eucaristía. Dice así: “No veis que es bobería dejar en aquel tiempo la imagen viva y la misma persona para mirar al dibujo? ¿No lo sería, si tuvieseis un retrato de una persona que quisiereis mucho y la misma persona os viniese a ver dejar de hablar con ella y tener toda la conversación con el retrato? ¿Sabéis para cuándo es bueno y santísimo y cosa en que yo me deleito mucho (tener imágenes)? Para cuando está ausente la misma persona, entonces es un gran regalo ver una imagen de N. Señora o de algún santo, a quien tenemos devoción, cuánto más la de Cristo... Desventurados estos herejes que carecen de esta consolación... Pero, acabando de recibir al Señor teniendo la misma persona delante, procurad cerrar los ojos del cuerpo y abrir los del alma y miraos al corazón” (CP 61,8).
Y, sin embargo, ¡cuántos católicos prescinden fácilmente de las bendiciones de Cristo Eucaristía! Entran a una Iglesia y se van directamente a su santo favorito y se olvidan del jefe de casa, de Jesús sacramentado, y salen de la Iglesia sin haberlo saludado siquiera. ¿Por qué? Porque no conocen a Jesús y su fe en El, presente en el sagrario, es tan pequeña que no le dan importancia y prefieren sus imágenes a su persona viva y real entre nosotros. Un lamentable error, que debemos corregir en nosotros y en los que son ignorantes de tan gran realidad.
Julián Escobar.
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