26 de abril de 2024
El cielo es la felicidad colmada, la plenitud del amor. San Agustín dice que allí descansaremos y contemplaremos alabaremos: éste será el fin que no tiene fin.
No os quedéis pegados a este mundo efímero. No concentréis acá abajo todos vuestros planes y deseos. No sacrifiquéis vuestra herencia celestial por ventajas y goces efímeros, fugaces y terrenales. ¡Cuidado!, que ni el goce de la vida terrena os hechice ni su podredumbre os desanime hasta el punto de que por ello os olvidéis de la otra vida, la única verdadera..., ¡la vida eterna! Mons. Tihamér Tóth
Decididamente eran duros de mollera. Al fin se manifestó a los once, estando recostados a la mesa, y les reprendió su incredulidad y su terquedad por cuanto no habían creído a los que le habían visto resucitado.
Feliz duda que nos proporciona una mayor certeza. No se trata pues de personas ingenuas o de iluminados... sino de gentes concretas, de inteligencia normal. Ayúdanos, Señor, en nuestras búsquedas y nuestras dudas, a conservar en nosotros una disponibilidad, una abertura a tu amor salvador.
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