29 de abril de 2024
¡Cristo resucitó! Los certificados de la muerte y resurrección serían firmados por los mismos enemigos. Pues los enemigos de Cristo esperaban la resurrección, más que sus amigos. Por eso, sus enemigos vigilaban el sepulcro. Mientras, sus amigos estaban derrumbados en el cenáculo.
Jesús resucitó por su propio poder. Es verdad: nadie ha visto a Cristo resucitar. Sin embargo, es una resurrección que no escapa a la historia, pues ha dejado huellas en ella: el sepulcro vacío y las apariciones. Es por medio de estas huellas como los apóstoles han conocido el hecho mismo de la resurrección. Si no hubiera sido por que vieron a Cristo resucitado, no habrían creído jamás en su resurrección. Como recuerda el Catecismo de la Iglesia católica (cf. número 643), los apóstoles no estaban para visiones de tipo místico, toda vez que la condenación de Cristo había sido la condenación de un maldito según la ley, de modo que su fe estaba por los suelos, a punto de partir para Galilea y reemprender su vida habitual, como nos recuerdan las palabras de los de Emaús (cf. Lc 24, 21).
Comentarios