4 de diciembre de 2024 I Semana de Adviento Miércoles
La venida del Señor es una fiesta para los que sufren. Cuando Dios pasa deja una estela de alegría. ¿Me sucede lo mismo a mí? “¿Qué es lo que buscamos cuando vamos a la Iglesia? Practicad la misericordia terrena y recibiréis la misericordia celestial. El pobre te pide a ti, y tú le pides a Dios; aquel un bocado, tú la vida eterna. Da al indigente y merecerás recibir de Cristo, ya que Él ha dicho: «Dad y se os dará». No comprendo cómo te atreves a esperar recibir si tú te niegas a dar. Por esto, cuando vengáis a la iglesia, dad a los pobres la limosna que podáis, según vuestras posibilidades" (San Cesareo de Arles).
La vida es como un eco, se me vuelve (aumentado) aquello que doy…
Puedo ir a visitar a un pariente enfermo, o a alguna persona que está sola. Ayúdame, Jesús a compadecerme de las necesidades materiales o morales de los demás.
Isaías nos dice que el Señor, Dios del universo, preparará, sobre su montaña, un banquete de manjares muy condimentados y de vinos embriagadores, un banquete de platos suculentos y de vinos depurados... En aquellos pueblos orientales el banquete forma parte del ritual de entronización de los reyes. La fastuosidad de ellos eran el signo del poder de un rey, y el modo de celebrar una victoria. También nosotros festejamos nuestras alegrías en familia con una comida más exquisita. Jesús hizo de la comida el signo de su gracia. ¿Me doy cuenta de que en la eucaristía Dios me recibe en su propia mesa? ¿Es una comida gozosa, una fiesta? ¿Tengo algo a conmemorar o a celebrar cuando voy a misa? ¿Valoro la acción de gracias?
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