30 de marzo de 2025
"Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado."
El Emperador José II de Austria decretó que los presidiarios fuesen empleados en los trabajos públicos. Una mañana, unos presos, limpiaban una plaza de Viena cerca de la Iglesia de san Esteban. Un ministro del Emperador los observaba desde su casa-palacio. Vio a un joven salir de la Iglesia, acercarse a un preso y besarle las manos. El ministro hizo llamar al joven y le recordó que no era correcto, ni ejemplar, acercarse y menos besar las manos de un preso. El joven estudiante le respondió con lágrimas en los ojos: “Señor, ese preso es mi padre”. El ministro se lo relató al Emperador, y éste mandó liberar al preso diciendo: “Un hombre que sabe educar a sus hijos de esta manera y se hace querer así, no puede ser un malhechor”. ¡Los hijos deben honrar a sus padres, por muchos defectos que tengan éstos!
- ¿Cómo educas a tus hijos?
- ¿Honras a tus padres, y más si son ancianos?
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