10 de abril de 2025 Jn 8,51-59
El Emperador Trajano (+117 d.C.) destronó al rey de Tracia y se llevó al hijo de éste a Roma prisionero. El joven príncipe tenía una naturaleza tan gentil que no tardó en conquistar la voluntad del Emperador, y la promesa de ser devuelto a su país como rey. Pero un día el Emperador lo cogió en una mentira. El Emperador se hizo el encontradizo con el joven príncipe y le preguntó de dónde venía. El príncipe le dijo que, de la escuela, cuando el Emperador lo había visto paseando por el jardín. El Emperador le dijo: “Tenía la intención de que volvieras a tu país como Rey, pero por tu mentira te has hecho indigno de gobernar”. Y es que quien miente en cosas sin importancia ¿no mentirá por egoísmo llegando al a injusticia?
- ¿Eres propenso a mentir?
- ¿Dices la verdad sin herir?
San Boleslao, rey de Polonia, llevaba siempre consigo la imagen de su padre en el pecho; y antes de emprender un asunto grave, miraba el retrato, diciendo: «Padre, no quisiera hacer por nada del mundo nada que fuera indigno de ti». ¡Cristo es rey de mi alma! En ella está grabada con letras de fuego la imagen de Cristo... ¡Pobre Cristo! ¡En cuántas almas está tu rostro cubierto de polvo y de fango!...
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