25 de mayo de 2025 Pío XI
Juan 14, 15-21. Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque vive con vosotros y está con vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré.
***
Pasaba un día Pío XI a lo largo de las filas de peregrinos durante una audiencia, cuando sus ojos se fijaron en un muchacho ciego. El Papa se detuvo y alzo su anillo hasta los labios del chico, el cual empezó a temblar de emoción mientras saltaban lágrimas de sus ojos vacíos.
- Querido – le dijo el papa con tono consolador-, todos estamos ciegos hasta que Dios nos ilumina. No podemos ver lo que significan los grandes hechos de nuestra fe hasta que el Espíritu Santo nos lo muestra en nuestro interior con el don del entendimiento.
¿Das gracias porque tus ojos ven?
¿Sufres ceguera de corazón?
Julián Escobar.
Comentarios